Este libro, de láminas espléndidamente espectaculares, lleva el título de España Mística. Contradicción aparente entre lo visual, tangible y plástico, y lo íntimo, secreto y suprasensible, que es la Mística. Y, no obstante la contradicción, la he calificado, con justeza, de aparente. Así como el conocimiento de Dios no lo alcanza la mente humana más que por la contemplación de las criaturas, ese mundo oculto de la Mística no se puede barruntar sino por la contemplación de ciertas manifestaciones de la piedad, del culto, de la liturgia y del arte, vahos tenues, pero directamente desprendidos del volcán divino que arde en el fondo del alma española. Del conocimiento de Dios por el de las criaturas escribió por título el hoy beatificado Cardenal Belarmino, en uno de sus tratados teológicos, que corren de antiguo traducidos a la lengua española. Y, sintetizando toda esta remontada teodicea, ahí van las palabras de oro de nuestro Fray Luis de Granada: “¿Qué es todo este mundo visible, sino un grande y maravilloso libro que vos, Señor, escribisteis y ofrecisteis a los ojos del mundo, así de griegos como de bárbaros, así de sabios como de ignorantes, para que en él estudiasen todos y conociesen quién vos erades? ¿Qué serán luego todas las criaturas de este mundo, tan hermosas y tan acabadas, sino unas como letras quebradas y iluminadas, que declaran bien el primor y la sabiduría de su autor? ¿Qué serán todas estas criaturas, sino predicadoras de su Hacedor, testigos de su nobleza, espejos de su hermosura, anunciadoras de su gloria, despertadoras de nuestra pereza, estímulos de nuestro amor y condenadoras de nuestra ingratitud? Y porque vuestras perfecciones, Señor, eran infinitas, y no podría haber una sola criatura que las representase todas, fue necesario criarse muchas, para que así, a pedazos, cada una por su parte, nos declarase algo dellas. Desta manera las criaturas hermosas predican vuestra hermosura; las fuertes, vuestra fortaleza; las grandes, vuestra grandeza; las artificiosas, vuestra sabiduría; las resplandecientes, vuestra claridad; las dulces, vuestra suavidad; las bien ordenadas y proveídas, vuestra maravillosa providencia.”

Hermosa encuadernación en tapas duras en tela y grabados dorados. Edición de 1950 (2a) aumentada. Obra exclusiva de Antigüedades Boireau. 280 páginas. Profusamente ilustrado en blanco y negro. Gran formato.